lunes, 2 de abril de 2012

Sin humanidad, no hay santidad y sin santidad no hay Vida


Nuestro Señor Jesucristo nos enseñó -con su propia encarnación, vida, pasión y muerte- que, sin humanidad no puede haber santidad. Humanidad por cierto que débil pero que, con la Gracia de Dios, está llamada a cumplir con los dos principales mandamientos: Amar a Dios por sobre todas las cosas y amar al prójimo como Cristo nos ha amado.

Esta es la santificación de la humanidad, ... y esta es la condición para que el hombre, por los méritos de Nuestro Señor Jesucristo, pueda ser hijo de Dios, heredero del Reino y profeta de la Buena Nueva.

Juan Pablo II, al igual que todos los santos, con el testimonio de su vida y con sus enseñanzas, constantemente nos muestra ese camino: El camino de la santidad, ...el Camino que lleva al hombre a la Verdad y a la Vida.


 

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